Porque sabemos que los efectos de la alimentación van más allá de perder o ganar peso, esperamos que nuestro trabajo apoye el establecimiento de hábitos y conductas alimentarias sólidas, saludables, y, sobre todo, duraderas en nuestro paciente y en toda su familia. De esta manera podremos lograr que nuestros niños alcancen su máximo potencial de crecimiento y desarrollo, la optimización de sus capacidades intelectuales y la disminución del riesgo de sufrir de enfermedades crónicas no transmisibles cuando sean adultos.